El apetito de riesgo es un elemento esencial en el establecimiento de un sistema de gestión de riesgos, dado que permite a una empresa contrastar la adecuación de los riesgos que afronta con el nivel de riesgos que desea asumir. Sin embargo, en la práctica surgen varios retos para su adecuada definición como la heterogeneidad de los riesgos asumidos, las diferentes formas de evaluación, entre otros aspectos que serán abordados en esta presentación.